Este articulo lo abordare en dos aristas diferentes, el primero en el aspecto sociopolítico y luego el emocional, ya que es un tema bastante complejo, no por lo que representa, sino porque me ha tocada en primera línea ser testigo de este fenómeno del cual cada vez que ocurre deja un reconcomio muy profundo en mi corazón y me hace ver que cada vez es más difícil proyectar un futuro en este país.
Desde que la Revolución Bolivariana llego a nuestro país, las oportunidades para los jóvenes en el ámbito educativo, profesional y social se fueron creciendo de una manera casi exponencial, brindando a la juventud nos solo la oportunidad de terminar de cursar el bachillerato, sino de cursar estudios universitarios y progresar en el ámbito profesional, desarrollando sus potencialidades de una manera que en otros gobiernos solo era destinado a un grupo muy reducido, privilegiado o presto a chanchullos en las principales universidades en nuestro país, verdaderamente el Presidente Chávez puso el dedo en la llaga de un problema neurálgico en nuestro país como lo es la preparación y formación de jóvenes para el ámbito profesional y por ende su realización en el país y así contribuir a su desarrollo sostenible y eficiente, permitiendo de esta manera que incluso jóvenes de otras latitudes vieran en Venezuela su oportunidad de surgir; de verdad la juventud ya no era sinónimo de ocio, vagancia y malos valores, sino que se volvía una autentica veta de talentos en todos los ámbitos y eso era reconocido en el ámbito internacional, incluso en espacios donde se adverso, ya sea por envidia o por enemistad política a la Revolución Bolivariana.
Sin embargo, en los últimos tres años, producto de una situación política, económica y social muy compleja, con una cantidad de aristas donde el gobierno, la oposición y el pueblo venezolano tienen culpas en medidas muy diferentes, la situación de salud, alimentación servicios públicos, profesionalización, educación y otros espacios de la vida pública del venezolano han caído en un abandono que en algunos lugares llega a ser prácticamente infrahumano, donde casos de desnutrición, malnutrición, aparición de enfermedades de otras épocas, muertos por enfermedades curables con los medicamentos adecuados que lamentablemente no se consiguen, deserción escolar por razones alimenticias o la carestía que significa cursar estudios o carreras especializadas, eso sin contar la odisea que significa garantizar el pan de cada día, ya sea por lo escaso o caro que este resulta, por lo que es más común que muchas familias pasen días sin comer, o tengan que hacer solo una o dos comidas, eso sin contar que dichas comidas no cumplen estándares nutricionales, sino que solo sirven para llenar un espacio en nuestro estomago; además de la liquidez monetaria tan precaria, los salarios que se diluyen en menos de una semana y el cáncer de los bachaqueros que pretenden enriquecerse con las necesidades de la gente, todo esto hace que Venezuela ya no se aun espacio para vivir, sino para sobrevivir, y solo se puedan dar buena vida quienes se enchufan a la gallina de los huevos de oro que significa estar en puestos de la administración pública o en cargos de poder político de nuestro país, que van desde alcaldías y gobernaciones hasta los estratos más altos del poder ejecutivo, haciendo una burbuja alrededor de ellos que los hace ciegos y sordos a las necesidades del pueblo y que cada decisión que tomen sean o pañitos de agua tibia, disfraces o ya de plano medidas que solo enriquecen a la plutocracia revolucionaria y al pueblo lo dejan en un plano muy inferior al que establece la Carta Magna, una situación que ha hecho que hasta los chavistas más recalcitrantes nos cuestionemos si los actuales gobernantes solo tienen a Chávez en la boca y no en las acciones que se deberían tomar para palear o solucionar esta crisis que cada vez se agudiza más y más, defendiendo un ideal más allá de defender gobernantes que ya no merecen nuestro aprecio o apoyo.
Pero volviendo al tema principal, toda esta situación tan compleja hace que cada vez más jóvenes tomen la difícil pero a veces necesaria decisión de emigrar de nuestro país y buscar mejores oportunidades en otros países, aun cuando tengan que comenzar desde cero y dejar atrás amigos, familiares y tantas cosas gestadas en este país, es preferible dicho sacrificio, tanto el salir del país como iniciar en labores que los agoreros del gobierno acusan de humillantes sin ver más allá de la superficie; que a pesar de que esta situación es difícil, pueden darse gustos y cumplir las necesidades mucho más fácil, al menos a nivel económico, que lo que harían ejerciendo sus profesiones en este país para recibir un salario miserable; al menos con esas labores aparentemente humillantes se dan un nivel de vida superior o suficiente para cubrir las necesidades que en Venezuela solo se lograrían con un año de salario, incluso más; muchas personas han hecho de todo para salir del país, ya sea a través de tierra en la frontera con Colombia y Brasil, ya sea por avión o mar para aquellos con un poder adquisitivo suficiente para realizar ese viaje, o a través de grupos de personas, llamados mochileros, que se ponen de acuerdo para lograr dicha hazaña y, al momento de llegar al nuevo país donde rehacer sus vidas, apoyarse entre ellos para que el reinicio en dicho país sea un poco más llevadero, algunos tienen la suerte de que tienen familiares o amigos que le facilitan el traslado a través de envíos de divisas o teniendo un espacio físico a donde llegar al momento de emigrar, todo esto para garantizar que este cambio de realidad sea lo más llevadero posible; sin embargo todos estos casos persiguen al misma meta: buscar el futuro que lamentablemente Venezuela ya no les da, buscar vivir en vez de sobrevivir.
A partir de aquí extiendo el mensaje que quiero darles a todas aquellas personas, tanto conocidas como desconocidas, que han tomado tan traumática pero necesaria decisión y que ven con impotencia y molestia como los agoreros de este gobernó los juzgan satanizan o menosprecian diariamente, tanto en radios, televisoras, medios digitales o redes sociales con el fin de hacer ver al emigrante como un traidor, un cobarde o un lamebotas de cualquier imperio o gobierno que los adverse, a esas personas me dirijo, siendo chavista y apoyando a Chávez desde el fondo de mi corazón les digo: ni los juzgo ahora ni los juzgare jamás, ya que se las difíciles proezas que tiene que pasar para llegar a sus nuevos hogares tan lejos de su patria y todo lo que son capaces de dejar atrás con tal de conseguir un futuro menos incierto y autodestructivo como el que se vislumbras a corto plazo en nuestro país, dejemos los prejuicios y satanizaciones y veamos a los emigrantes como lo que son: personas con familias, sueños y esperanzas que tienen el justo y respetable deseo de velar por un buen futuro tanto para el como para sus familiares y han decidió proyectar dicho futuro en otro país ya que el suyo no le brinda ni posibilidades ni un apoyo que no se vea tutelado o condicionado a proselitismo político o a ser lambiscones de alguna institución público o cualquiera de los estratos del poder político, poder desarrollarse sin necesidad de ser dependiente de una estado paternalista y asistencialista de una forma autodestructiva a quienes pretende asistir, escapar de la burbuja orwelliana antes de que se cierre por completo y sea imposible escapar.
Por eso nuestro deber como venezolanos es apoyar y abandonar los prejuicios a esos otros venezolanos que ven en la emigración como al única salida factible ante su precaria situación dentro de nuestro país, solo así se evitara que quienes emigren se vuelvan nacionalistas tóxicos que lo único que logran con su actitud es que desde el exterior nos vean como una caricatura chocante que en nada contribuye a mostrar nuestros auténticos valores al resto del mundo; y también evitaremos de que quienes se queden usen redes y medios para hacerlos sentir incomodos o los hagan ver como unos traidores o marginados de su patria, pongamos nuestro granito de arena para que este trance sea menos tortuoso a nuestros compatriotas, no seamos ni agoreros ni discriminadores no contribuyamos al ya mellado impacto psicológico de los emigrantes sino que brindémosle nuestro apoyo moral y a los que emigran, dejen nuestro país bien en alto, tanto al referirse a él como a su comportamiento a donde vayan, solo así serán referentes de que nuestra nación es grande y los recibirá con los brazos abiertos cuando esta locura termina
Sera así, con el favor de Dios sé que será así.