En la vida como seres humanos las costumbres son algo intrínseco de nuestra propia genética: como fieles y dignos descendientes de los monos y los chimpancés, tendemos a imitar acciones, situaciones, modos de pensar y actuar, cuando estas imitaciones son de corto plazo se les conoce como modas, instrumento frívolo para unificar criterios de pensamiento, actuar y vestimenta, pero cuando estas imitaciones son ejecutadas a largo plazo, decimos que estamos frente al nacimiento de una costumbre, sea buena o mala.Muchas son las costumbres que existen en nuestra sociedad, algunos crean el acervo cultural de una región o país, como las jergas, los refranes o el folclore, ya sea en arquitectura, danza, escultura o comida, las costumbres pueden revelar lo mejor de un espacio geográfico y crear una identidad que sea reconocible tanto dentro como fuera de nuestro espacio geográfico.
Tambien hay costumbres que nos involucran como individuo: la música que escuchamos, nuestras creencias religiosas, nuestros gustos y talentos, la ropa que usamos, los ideales que seguimos y defendemos, nuestra visión del mundo y la sociedad, todo conjugado de acuerdo al contexto histórico y social en el cual habita y la formación que ha tenido, tanto en lo institucional como en el empirismo de las enseñanzas familiares y de compañeros, todo eso se vuelve nuestra "actitud de costumbre" que al no poseerla la gente se percata y nos pregunta cosas como "que sucede con el muchach@ que conocí" que identifica que se ha "perdido" la costumbre individual.
Todo esto puede hacer ver que las costumbres reflejan lo mejor de nosotros mismos y la sociedad, sin embargo a lo largo de la historia hemos visto seres humanos que han querido convertir en costumbre acciones o prácticas detestables, algunas por suerte han desaparecido, otras se han arraigado fuertemente en nuestra cultura, podría mencionar algunos de estos casos:
- Hitler en sus ansias de la supremacía de la raza quería hacer ver el odio a los judíos, los negros, homosexuales y otros casos como algo que se debía aprender y considerar un axioma a nivel mundial.
- Stalin quería ver a sus seguidores que el castigo brutal a quienes criticaran o discrepar al de acciones y decisiones de su gobierno era aceptable y normal, lo cual marco el momento más contradictorio de la Unión Soviética
- Bush a través del “atentado terrorista" de las Torres Gemelas del World Trade Central, creo una xenofobia tan fuerte hacia los musulmanes y su cultura que los convirtió en un axioma a nivel mundial de terrorismo
Con todo esto vemos con preocupación que actitudes detestables, incorrectas o cruentas se pueden volver costumbre si personas de mucho poder o influencia lo disponen de esa forma, lo cual hace que trascienda a las personas que crean estas costumbres y se vuelvan acciones que se repitan sin discutirlas por años, décadas o, peor aún, por siglos sin que nadie las discuta o critique.
Lamentablemente esto esta ocurriendo con más renuencia y sin control en nuestro país, donde circunstancias o situaciones que deberían solucionarse para ser una mejor sociedad son banalidades y adaptadas a nuestra idiosincrasia, fenómenos como los bache queroseno, los gestores, la corrupción y la ineficientes se convierten en sellos de nuestro país y nuestro gobierno, que cada vez parece ser más demagogo y electoralista, que estadista y eficiente, me niego a pensar que con Chavez murió este proceso, pero es necesario un sacudon fuerte en nuestras filas y en los asesores políticos y económicos para que estas "malas costumbres" que estamos asumiendo como normales, como comer en menores porciones, con menor variedad y con oportunidades melladas o condicionadas para progresar en nuestro país, es necesario promover la conciencia de clases, pero también desarrollar los talentos y potencialidades de cada individuo, pero si nos seguimos acostumbrando cultural y social mente a un gobierno errático y poco estadista, y que nuestra sociedad es de vivos y flojos, poco o nada servirá cualquier decisión para mejorar como país, dejemos de decirnos que nos acostumbremos a este estado de cosas y situaciones, es necesario que nos pensemos mejores y con una cultura muy arraigada en nuestra identidad, solo así trascenderemos como sociedad y como país y de verdad seremos un país de izquierda, socialista y de plena conciencia social.