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viernes, 9 de diciembre de 2016
Affff Maduro
No confundan el título, ese suspiro onomatopéyico puede tener múltiples lecturas, pero desde mi punto de vista, es una combinación de desesperanza y admiración, aunque no estoy seguro de en cuanta medida una virtud compensa o supera a la otra, siga leyendo y tal vez lo descubramos.
Estos 3 años han sido tiempos difíciles para el país y la Revolución Bolivariana, donde los venezolanos hemos visto sin distinción de posición económica o ideológica como la realidad económica, política y social se ha truncado en múltiples aristas, donde los culpables se deslizan entre el arcoíris opositor y el rojo revolucionario; y la sociedad en general, mas allá de aprovechar la crisis para poder revisarse, rectificar y progresar como nación, se ha concentrado en el problema como una situación de catástrofe nacional y establecen la perversión cultural del sálvese quien pueda, donde los venezolanos nos robamos, matraqueamos, bachaqueamos y perjudicamos entre nosotros mismos, aportando poco o nada en la resolución de los conflictos a lo interno y a lo externo.
Veamos ahora los factores de crisis que han influido en la actual situación país:
1) Desde hace dos años los precios del barril de petróleo han tenido una fluctuación impresionante con tendencia a la baja que ha afectado a nuestro país, el cual lamentablemente es dependiente casi por completo de la renta petrolera; pasando de precios de 100 a 110$ el barril a los increíbles precios de 20 a 22$ en los momentos más críticos de esta fluctuación, esto ha afectado de gran manera las importaciones de bienes y servicios que eran pagados con las divisas que se percibían a través de la renta petrolera, lo cual impacta tanto en el acceso como en el poder adquisitivo de los venezolanos en bienes alimentarios, farmacéuticos, sanitarios, entre otros
2) A raíz de la escasez alimenticia y el auge de comprar alimentos a precios regulados para luego revenderlos a precios exorbitantes, se instaló en nuestro país el fenómeno de los bachaqueros, suerte de buhoneros de productos de primera necesidad que ponen altísimos precios con el fin de poder lucrarse con la desesperación del venezolano que, al no tener otra alternativa saludable (debido a que las colas en abastos y supermercados les restan el tiempo que deberían dedicarle a sus estudios o a sus jornadas laborales) se ven en la necesidad de comprarles a estos criminales de la crisis; aunque más grave que su accionar es la perversión cultural que se ha originado en el venezolano al aceptar jocosamente este fenómeno, echando raíces en nuestra idiosincrasia y siendo un monstruo de mil cabezas que no parece tener una fácil o concreta solución a corto o mediano plazo.
3) La situación de abastecimiento ha generado controles y restricciones en la compra de alimentos para así garantizar de una u otra manera la alimentación de la sociedad venezolana, lo cual genera grandes colas en abastos y supermercados que en muchos casos se extienden a 6 u 8 horas de estadía en estos espacios y en el peor de los casos no se garantiza que la totalidad de los productos puedan ser adquiridos por quienes vienen a estos lugares, lo cual genera malestar y desesperanza entre la gente que va a buscar productos para su sustento y que el gobierno no toma medidas contundentes para frenar este fenómeno que denigra la condición de los venezolanos al momento de acceder a bienes y servicios, y lo consideran un problema de envergadura que se extiende por todo el país.
4) La suma de los problemas antes mencionados originaron un quiebre y derrota electoral para la Revolución: El Parlamento venezolano fue electo con mayoría opositora, lo cual generaría un escenario polémico en los poderes públicos y un giro de tuerca en el legislativo que a lo largo de este año ha servido más para otorgar dadivas legislativas a empresarios y criminales que para crear leyes que atienden la crisis que vivimos los venezolanos, además que en los últimos meses el Parlamento ha tenido un complejo narcisista al atacar de forma lapidaria a los demás poderes públicos con el fin de que se subordinen a sus propósitos, lo cual genera una crisis institucional que se ha visto paleado a través de la Sala Constitucional del TSJ, pero que a nivel político y mediático crea una lucha a carta cabal entre un poder que se cree supraconstitucional y los demás poderes que deben continuar con el quehacer político del país aun con los desmanes del poder legislativo.
Y con esto se podrían sumar múltiples problemáticas que viven los venezolanos, pero nos concentramos es estos puntos neurálgicos que son la clave de la crisis que vive Venezuela y que se vuelve difícil encontrar un feliz término.
Ahora bien ¿Hasta qué punto el Ejecutivo es culpable o no de estos puntos clave de la situación país? Puntualicemos cada problemática con la respectiva actuación del Ejecutivo
1er Problema: en este punto la actuación del Ejecutivo ha tenido puntos a su favor, ya que en las circunstancias de bajos precios petroleros, es fácil prescindir por parte de un país rentista de los subsidios y los beneficios sociales con el fin de reducir el gasto social y así la crisis de divisas sería más llevadera, sin embargo, los programas de misiones y grandes misiones no se han detenido en absoluto, manteniendo el compromiso con los pobres en perjuicio del impacto económico, además que los presupuestos se han redistribuido para que la recaudación de impuestos pueda suplir la entrada de divisas en concepto de petróleo para que los trabajos y proyectos del país no se frenen en ese aspecto, allí el esfuerzo ha sido difícil, pero el temple que se ha asumido para seguir el rumbo de la revolución ante esta adversidad es digna de admiración.
2do Problema: En este aspecto, el trabajo ha sido ambiguo y en algunos aspectos se le ha escapado de las manos al Ejecutivo, ya que el fenómeno del bachaquerismo influye desde los vendedores informales hasta las grandes cadenas de abastecimiento que se han prestado para el acaparamiento y desviación de productos hacia los bachaqueros o en contrabando a las diversas fronteras terrestres y marítimas del país. En este sentido, el trabajo de la SUNDEE ha sido importante para ir desmontando este fenómeno, pero es importante ir mucho más profundo con el fin de que se pueda normalizar el abastecimiento de productos y que vayan presos sin distinción de posición política o económica, todos aquellos que sigan desangrando al país en materia alimentaria.
3er Problema: Este punto neurálgico es el que lamentablemente el Ejecutivo no ha podido atender de manera eficaz, ya que la situación del desabastecimiento influye tanto por la merma en las importaciones como por la poca o nula activación de la producción nacional, lo cual genera un clima de ineficiencia en los ojos de quienes pernotan en las colas para poder comprar los productos; a pesar de que el gobierno ha tomado medidas para restablecer el abastecimiento de alimentos (CLAP, agricultura urbana, Gran Misión Abastecimiento Soberano), el problema sigue surgiendo y afectando al venezolano, ya sea porque los productos no los consigue o porque los encuentra muy costosos, lo cual ha generado focos de malestar y saqueos que a veces pretendemos banalizar o satanizar sin considerar que el pueblo vive y sufre estas penurias y que es importante prestarle atención, sino nos desconectaremos del pueblo y nada nos diferenciara de la Venezuela de los Adecos y los Copeyanos.
4to Problema: La suma de todo lo anterior, aunado a las pobres políticas públicas que se han tomado para solventar la crisis y el distanciamiento del clamor popular, nos hizo perder la Asamblea nacional, lo cual ha sido una piedra de tranca para las medidas que lleva el Ejecutivo para contrarrestar el trance que vive el país, además de que se retrasan créditos y se engavetan propuestas de ley enmarcadas en el poder popular, lo cual genera un clima de crisis institucional que ha tenido una repercusión política y mediática sin precedentes en el presente siglo en nuestro país.
Con todo esto nos preguntamos ahora ¿Maduro ha sido conciso o errático en el tratamiento de la crisis? Yo diría que nos e debe juzgar a una sola persona de un trabajo que deben hacer en conjunto todo un tren ministerial, con sus respectivas vertientes, donde existe mucha ineficiencia y erratismo que necesariamente recae en el presidente, ya que nadie dice el viceministro tal, el ministro tal o el director tal es corrupto o ineficiente, sino que el presidente es ineficiente, además que el problema de la cultura que he tratado en artículos anteriores han influido de gran manera en que el país no avance a través de la crisis, seguimos asignando la culpa al presidente, ya que es más sencillo o más divertido, pero si no empezamos con las 3R desde nosotros mismos, poco se puede progresar, en poco o nada se solventara el país.
Maduro tiene fallas, no es perfecto pero ha sabido trabajar con presiones importantes, con una Asamblea en contra, con un tren ministerial ineficiente en algunos casos y una cultura del venezolano que nos vuelve seres flojos, egoístas, hedonistas y que no asumen culpas. Yo tengo mis diferencias con el gobierno sin dejar de ser de izquierda, tengo mis críticas y las mantengo, pero el problema del país es complejo y tiene tantos culpables como estrellas tiene el cielo, así que la próxima vez que busque el culpable de la situación país, no señales con tu dedo inquisidor a Bigotes, ve al baño y busca un espejo primero, puede que te lleves una gran sorpresa.
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