La realidad que estamos viviendo en nuestra América en estos momentos es compleja, mírese por donde se le mire, el giro a la izquierda que se dio en América Latina en la década pasada parece por un azar pavoroso revertirse lentamente y dando pie al resurgimiento del neoliberalismo y la derecha como opción de gobierno, lo cual debe ser motivo de preocupación para todos los latinoamericanos, conociendo nuestra verdad histórica y las luchas de nuestros antepasados por una patria libre.
El entorno esta tan complejo en los últimos 10 años con este retruque y las razones tan disimiles que tendría material para una tesis: dos presidentes que fueron sacados a través de un golpe interno con carencia de toda moral y ética hacia sus electores y el afectado, como los son Manuel Zelaya y Fernando Lugo, expresidentes de Honduras y Paraguay respectivamente; dos presidentes que llegaron a sus investiduras con las banderas de la izquierda y que sus políticas y accionar no tienen nada que envidiarle a los gobiernos derechistas, como son Ollanta Humala y Michelle Bachelet, presidentes de Perú y Chile, teniendo niveles de aceptación depauperados en comparación con su ingreso a la presidencia; también contar las derrotas electorales importantes, en Venezuela la izquierda perdió el Poder Legislativo en unos comicios contra una coalición derechista de partidos políticos con colores y pensamientos tan distintos como una bolsa de confeti ideológico; la perdida de la presidencia de Argentina a manos del empresario Mauricio Macri, el cual en su poco tiempo de gestión ha destruido los logros facticos y sociales del Kichnerismo; la derrota en el referendum por la reforma constitucional en Bolivia, lo cual impediría al presidente Evo Morales reelegirse de su cargo; esto sin contar los casos de corrupción en Brasil con la empresa estatal petrolera PetroBras, el cual se pretende culpabilizar o relacionar a la actual presidenta Dilma Rousseff y al ex-presidente Luis Ignacio Lula Da Silva, el cual podría tener aspiraciones presidenciales en el próximo periodo; esto sin contar los presidentes que han mantenido siempre una línea derechista y que entorpecen con sus medidas el desenvolvimiento pleno de sus habitantes y el país en general, como los casos de Juan Manuel Santos en Colombia y Enrique Peña Nieto en México.
Todo esto representa un panorama muy difícil para nuestro continente, donde este giro de 180° a la inversa ya ha cobrado victimas, como los 43 de Ayotzinapa que mantienen en vilo al pueblo mexicano, los 43 muertos de las guarimbas en Venezuela a raíz del llamado a la salida violenta e inconstitucional por parte del dirigente Leopoldo López, el encarcelamiento de la dirigente indígena Milagros Sala en Argentina sin razones que vayan mas allá de lo político y el vil asesinato de la activista hondureña Berta Cáceres en condiciones terribles. Tal parece que estamos reviviendo sucesos donde la izquierda se esta clandestinizando o estando en el poder se han burocratizado o depauperado, lo cual nos vuelve víctimas y victimarios, dando pie al regreso de lo que juramos que no volverían; quienes no aprenden de la historia están condenados a repetirla.
La izquierda está sufriendo un golpe parecido al que sufrió a finales del siglo pasado con la caída de la U.R.S.S, a lo cual salieron los teóricos intelectualoides a anunciar con sus mandíbulas pronunciadas el fin de las ideologías y con ello el fin de la historia, lo cual establecería la “democracia occidental”# como única, eterna y globalizada.
Esta mentira cayo fácilmente ante el surgimiento de los gobiernos progresistas en América Latina, lo cual dio un duro revés a las pretensiones del norte de querer usurpar nuestros recurso y nuestras tierras como se ha hecho en las de 500 años. Sin embargo, la actualidad ha producido un horizonte muy incierto con la izquierda latinoamericana, situación que podría condenar nuevamente a nuestras tierras a ser colonia gringa y todo lo que eso significaría para nuestra población
La izquierda política me atrevería a decir que es como la energía, ni se crea ni se destruye, sino que se transforma, mientras haya injusticia en el mundo la izquierda no morirá, pero también tenemos que revisar que estamos haciendo, que no hicimos y que dejamos de hacer para que la izquierda se vea amenazada en nuestro continente y hacer las transformaciones y rectificaciones necesarias para reimpulsar nuestros modelos en Latinoamérica.
El mundo ha cambiado, el BRICS, las potencias emergente Euroasiáticas y los cambios políticos que se están gestando en Europa así lo demuestran; nosotros, los que destruimos el mito del fin de la historia, no podemos permitir que se imponga como realidad nuevamente, no dejemos que las luchas de siglos sean en vano, que la muerte de mártires hayan sido en vano, que las luchas no tengan valor; compañeros, tomemos con orgullo las banderas de la historia y la izquierda y no permitamos una nueva Operación Cóndor en nuestras tierras
AMÉRICA UNIDA, JAMAS SERA VENCIDA
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