Quienes militamos en la izquierda conocemos esta frase proveniente del líder de la Revolución Cubana Fidel castro, haciendo alusión a las continuas intentonas de lograr hacerse con el poder en la Cuba del dictador Fulgencio Baptista, hasta que logró su cometido y posteriormente se encargó de llevar a cabo su proyecto revolucionario hasta la actualidad, sorteando distintas dificultades a nivel político, económico y militar, yendo en contra de los intereses geoestratégicos de Estados Unidos en la isla caribeña.
Utilizo esta frase para hacer referencia a las justificaciones e ideales que tenemos a la hora de defender nuestro proyecto frente a aquellos que, usando interpretaciones fallidas o subjetivas de la historia y la realidad para hacernos dudar o cuestionar nuestra posición en la historia venezolana.
Esta situación no es reciente, es más, fue en el siglo pasado cuando se dieron las mayores confrontaciones a nivel geopolítico entre diversos países del mundo. Uno de los momentos más conocidos fue la confrontación directa o indirecta, según el caso o la conveniencia, entre EE.UU y la U.R.S.S, siendo estas las mayores potencias económicas del siglo pasado, luchando no solo a nivel político, económico y militar, sino también a nivel científico, tecnológico e innovación; buscando desde sus visiones una manera efectiva de manejar la geopolítica mundial, separando al capitalismo y el comunismo como los modelos imperantes de la época.
Los excesos durante la época de Iosef Stalin y la caída de la U.R.S.S en los años 90 dieron pie en Occidente al más monstruoso aparataje mediático e ideológico que buscaba satanizar, ridiculizar o difamar al comunismo en todas sus facetas; lo cual logró crear un estigma tan pronunciado que incluso en nuestros días el término “comunista” es usado con una connotación peyorativa, a pesar de que ni siquiera conozcan la definición, principio o ideales del comunismo, convirtiéndolo en el símbolo esnobista más antiguo del mundo.
En este continente la situación no ha sido muy diferente, tomando en cuenta que cualquier liderazgo que mostraba simpatía o compartía lazos con el comunismo o socialismo era borrado o amedrentado por la bota imperial de EE.UU, siendo los mas conocidos la revolución de Emiliano Zapata en México, la revolución de Sandino en Nicaragua, el gobierno de Juan Domingo Perón en Argentina, el intento socialista de Salvador Allende en Chile, el asesinato del candidato Jorge Eliezer Gaitan en Colobia y, siendo de data mas reciente, el golpe de estado al presidente Manuel Zelaya en Honduras y el golpe parlamentario a Fernando Lugo en Paraguay. Esto nos muestra el continuo acoso que ha recibido esta región del continente de frenar y aniquilar cualquier modelo político o económico que busque ir en contra del modelo del país que continuamente nos ha considerado su patio trasero y esta lucha no ha acabado ni acabara mientras existan gobiernos que piensen una geopolítica mundial nueva, como la han planteado Rusia y China con el modelo del rublo y el yuan como nuevas monedas de cambio internacional.
Es por esto que me molesta al ver que las personas adversas al gobierno adjudiquen las dificultades existentes únicamente a la gestión de gobierno ignorando por conveniencia o desconocimiento el interés geopolítico, estratégico y económico del capital extranjero en un momento en que su peso en el mercado mundial está decreciendo y el mantenimiento del “american way of life” depende casi estrictamente de la importación de recursos naturales, mineros y petroleros por parte de diversos países que, por pura “casualidad” presentan distintos conflictos bélicos y sociales que en su accionar distan de intencionalidad tanto de la potencia Occidental como el control estratégico de Eurasia a través de la OTAN.
La historia nos absolverá compatriotas, nuestra lucha no será en vano mientras la revolución ni se estanque ni se vuelva en contra de las criticas que deben existir, no existe mayor muestra revolucionaria que la crítica y autocritica sin perder la noción del tiempo histórico que vivimos y la lucha perpetua que tenemos, junto con las distintas agrupaciones (ALBA, MERCOSUR, CARICOM, BRICS, G77+China) de consolidar una geopolítica que desplace las economías caducas de EE.UU y las ambiguas monarquías-democracias que aun sobreviven en Eurasia.
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