En nuestro país actualmente es difícil definir a ciencia cierta una ideología con la plenitud necesaria para que tenga una carga histórica y referencial irreversible y esto lamentablemente no es nuevo, ya que a lo largo de nuestra historia siempre hemos vivido una suerte de alienación de nuestros ideales desde factores políticos importantes, ya sea por gestas que vengan con el chovinismo revolucionario (Revolución Legalista, Revolución Liberal Restauradora), ya sea porque el presidente de turno busca moldear el país de acuerdo a su personalidad o gustos (Antonio Guzmán Blanco, Juan Vicente Gómez) o simplemente porque los partidos se ha dedicado mas a hacer populismo y demagogia que hacer política o formar conciencia (Las juntas de gobierno y el puntofijismo), pero ninguno se fija en la idea, en la teoría, explicar con profundidad y sin rodeos como se deben gestar los modelos contrahegemonicos desde nuestra realidad y nuestra identidad y esto es una falta muy grave, y que al no saber cómo estructurar coherentemente un modelo de gobierno, este puede fragmentarse en múltiples interpretaciones que se alejan de la visión original.
En el caso propio sucede con el modelo socialista que se esta implementando en el país, el cual, a pesar de que en la teoría y en la praxis tengan una base muy solida conformada a mediano y largo plazo, poco o nada sabemos de cómo llevar este modelo a la practica cotidiana, lo asociamos únicamente a un estilo político jerárquico y no a un estilo de vida que podría subvertir la lógica de la globalización del estilo único y estandarizado de la política que impera en nuestro mundo y que gestaría el “hombre nuevo” del que hablaba el Che Guevara.
Ya partiendo de lo anterior mencionado, veríamos con suma tranquilidad que nuestro modelo es visto mas en una pancarta, un slogan o un sufijo que a veces puede rayar en lo chocante (panadería socialista, arepera socialista, farmacia socialista) que como un modo de hacer política social que influya en nuestra cultura, no sabemos a plenitud como es el sujeto socialista, pero si sabemos usarlo como carga electoral, lo cual nos da una victoria muy mellada ya que no impactamos con amplia envergadura en la conciencia, sino a nivel visual.
Este desconocimiento hace que salgan muchas versiones, algunas contradictorias y otras acomodaticias, del concepto y creamos en serie sujetos que defienden “su “ visión de socialismo a capa y espada, aun cuando solo lo hagamos para tener un impacto populista o simplemente para aspirar cargos públicos, en ambos casos desdibujamos el socialismo y con ello la izquierda en nuestro país.
Detenernos y revisar nuestro accionar y determinar si en la práctica hacemos lo que en la teoría manifestamos sería lo ideal, pero yo me iría incluso más profundo, si no entendemos o interiorizamos lo que tanto proferimos en discursos llenos de la mejor intención y la mejor preparación, no podemos llevarlo a nuestro quehacer cotidiano, no lo asumimos como propio y termina siendo simplemente socialismo y no “nuestro socialismo”.
Sin cultura y sin conciencia, la manufactura seguirá su curso, creando personas que saben vociferar y dar discursos muy buenos, pero que sus acciones trastocan todo lo que pregonan, si no cultivamos el pensamiento critico y la lectura de nuestra ideología, seguiremos pensando que estamos de parte de un ideal sin practicarlo realmente. La izquierda no debe convertirse en una fabrica de chovinistas y populistas, sino debe ser cuna de intelectuales, políticos, pensadores, cultores, sociólogos, economistas y muchas otras ramas que favorecen en la consolidación de una revolución, si esto no es así, es difícil considerarla izquierda.
Leamos, interpretemos, revisemos, rectifiquemos, hagamos critica y autocritica, comencemos a discernir de lo que creemos y pensamos, para que así dejemos de ser socialistas solo de labios y palabras, sino que nuestro eficiente y eficaz accionar y actuar de cada día se vuelva nuestra autentica impronta de la izquierda
TRES R AL CUADRADO
COMUNA O NADA
CHAVEZ VIVE CAMARADAS
No hay comentarios:
Publicar un comentario