domingo, 3 de abril de 2016

Presos políticos o políticos presos

Mucho se ha hablado a lo largo de estos últimos años desde el otro bando que en Venezuela se practica la persecución política y que incluso dicen que distintas personas que adversan al gobierno han sido apresados solo por tener una visión distinta, haciendo con sus palabras una absurda comparación con el “crimental” que describe el escritor George Orwell en su obra prima de la distopia totalitaria “1984”.

Esta visión ha tomado una importante repercusión en la matriz de opinión de nuestro país, dividiéndonos en los que apoyan las encarcelaciones y quienes la ven como una “flagrante violación a los derechos humanos” de quienes se encuentran apresados o sometidos a juicio.

Es aquí cuando debemos asumir una postura de mayor seriedad ante esta situación, dejar por un momento el populismo o el personalismo y asumir el aspecto penal que esconde aquellos políticos que en su accionar los llevo a enfrentar un proceso judicial o a estar encarcelado asumiendo la condena; por lo que se confunde ya sea por ignorancia o por conveniencia la diferencia entre presos políticos y políticos presos, entre una persona que es encarcelada de forma arbitraria por adversar al gobierno y una persona reconocida en el ámbito político y social que han cometido delitos, ya sean leves o graves y deben comparecer ante la justicia, dejando de lado su visión política y sus seguidores.

Ejemplo en nuestro país hay varios, siendo el de data más antigua dentro de este proceso la del comisario de la extinta Policía Metropolitana, Iván Simonovis, el cual fue enjuiciado y condenado a prisión al demostrarse su participación activa en los sucesos ocurridos en las calles de Caracas durante el golpe de estado del 2002 al ex presidente Hugo Chávez; aun cuando los familiares y colegas de la oposición venezolana digan que haya sido una estrategia política para buscar culpables luego del suceso (debe ser que la cacería de brujas y agavillamiento que hicieron el 12 de abril del 2002 contra Rodríguez Chacin y Tarek William Saab fue algo “humanitario”).

En el presente esta terminología ha tomado importancia con cuatro personajes opositores que en mayor o menor medida están pagando su condena: Leopoldo López, Daniel Ceballos, Enzo Scarano y Antonio Ledezma; cada uno implicado directa o indirectamente, ya sea por financiamiento, omisión intencional o instigación directa, en las guarimbas que azotaron Caracas y otras ciudades del país en el primer semestre del año pasado, incurriendo en delitos que van mucho mas allá de una “persecución política” que arguyen sus allegados y copartidarios, ignorando los sucesos y circunstancias que los llevaron a su encarcelación.

La justicia cae para todos, no importa el color o visión política, por lo que la oposición deberá buscar un argumento mejor para salvar a sus criminales de la cárcel que el “crimental” orweliano.

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